Dentro de un par de días llega el llamado «Día de los Enamoradxs». Un día en el que se celebra el amor, en este caso, el amor de pareja. Pero, ¿qué es hoy en día una pareja? Hemos dejado de llamar pareja a la persona que comparte con nosotras nuestra vida para referirnos a esa situación como nuestra «relación». Ya no tenemos parejas, ahora tenemos relaciones. Y debemos trabajar para poder tener relaciones de pareja positivas.


De la pareja a la relación: una identidad propia

Hemos construido una nueva identidad en nuestras vidas: la relación. Debido a esto, si decimos que algo está muy bien será que la relación «está muy bien», mientras que todo aquello que sea negativo hará que digamos que «la relación está tocada» o que «la relación puede mejorar».
Antes hablábamos sobre nuestra pareja e individualizábamos en ella aquellos aspectos que eran positivos o negativos directamente hacia nosotros/as. Ahora hemos descubierto que juntxs formamos una relación, y que es esta la que «sufre» o «agradece» todo lo que hagamos entre nosotrxs. 

Además, el término «pareja» podemos decir que nos resta individualidad, mientras que «la relación» crea un tercer ente que no interfiere en ese aspecto. En un momento donde lo individual, lo libre, lo autónomo, el «hágaselo usted mismo» es lo que más cuenta, no es demasiado curioso este fenómeno social. Y teniéndolo en cuenta debemos construir éstas relaciones de pareja positivas.

Las relaciones: un modelo en continua construcción

La relación hoy en día tiene que adaptarse a muchos cambios sociales para los cuales quizás no estaba preparada. Ya no es necesario que exista un contrato matrimonial o de hecho para que se formalice la vida entre dos personas. Por tanto, la nueva pareja se instaura en la sociedad como un elemento no institucionalizado por el Estado, como si lo está el matrimonio, por ejemplo. Sin embargo, no por ello deja de estar en el marco de un sistema socioeconómico que la influye y donde se asientan las bases de su construcción.

La evolución desde el punto de vista de género

Por otro lado, la gran evolución que ha tenido la mujer en estas últimas décadas (a pesar de todo lo que queda por avanzar) ha hecho que su posición en las relaciones sea distinta a lo que era. Si en un modelo de corte más tradicional, el fin último de la mujer era la búsqueda del «amor» y encontrar a «su persona», para cuidarla incluso por encima de ella misma, en la actualidad las mujeres han roto este patrón. La pareja ya no es un lugar en el que su individualidad se diluye, sino que debe ser un marco en el que enriquecerse y al tiempo seguir alcanzando las metas que se proponen. Así, atributos, valores y actitudes tradicionalmente adjudicadas a los hombres, a lo masculino, han sido tomadas y puestas en práctica por ellas. Por su parte, los hombres, a pesar de tener pocos modelos más allá del «hombre tradicional», comienzan a dar pasos en la construcción de «nuevas masculinidades» que incluyan rasgos y actitudes tradicionalmente femeninasUn avance sin duda para acercarnos a una sociedad mucho más igualitaria, y sobre todo, sin privilegios.

Esto afecta de manera directa a las relaciones, ya sean heterosexuales o entre personas del mismo sexo. El modelo de relación tradicional, en el que existe una fuerte división de roles, puede darse de igual manera en parejas del mismo sexo a través de la identificación de cada una de las personas con uno de los dos roles. Las personas que integran relaciones homosexuales también se encuentran en esta deconstrucción de los estereotipos de género.

Aquellas personas que no evolucionan hacía estas nuevas características de género, viven relaciones desadaptativas para el tiempo en el que nos encontramos. Muchas veces se esconden y adoptan una apariencia de lo que llaman hoy «relación moderna» mientras que lo que están viviendo es un deja vu de una relación basada en los mitos del amor romántico y los estereotipos de género en una versión 2.0.

Los celos, el control, la desigualdad, la dominancia, la pasividad, las discusiones… todo esto forma parte en un elevado porcentaje de las relaciones que construimos en nuestra sociedad. Pero, ¿esto es lo que queremos o buscamos en una relación?

Los principios de una relación basada en la igualdad, la coherencia y la honestidad

Los principios en los que se basan las relaciones que quieran tener como valores principales la igualdad, la coherencia y la honestidad son los siguientes: el deslinde, la flexibilidad de roles y la igualdad de valor. 

  • Mediante el deslinde conseguimos identificarnos como personas individuales dentro de nuestra relación, que tendrá una identidad por ella misma. Aquello de «la media naranja» o de adentrarnos en las relaciones perdiendo completamente aquello que éramos no va a formalizar una relación sana ni unas relaciones de pareja positivas.

No es necesario volver a encontrarte cuando no has tenido la necesidad de perderte.

  • La flexibilidad de roles está íntegramente relacionada con lo que comentábamos acerca de dejar de seguir los estereotipos de género. Es necesario que cada miembro de la pareja sepa cumplir con los diferentes roles que aparezcan en la misma de manera dinámica. En el caso de los cuidados, el trabajo doméstico, el empleo remunerado, la atención a los mayores o familiares… debe existir una flexibilidad de roles, no siempre debe ser adoptado por el mismo miembro de la pareja.
  • Con la igualdad de valor hablamos de un mismo peso de los dos miembros de la pareja en la relación. No existe un mayor valor de uno sobre el otro, y por lo tanto no se podrá dar una lucha de poder o una situación de dominación.

Con estos principios rigiendo las relaciones podremos construir una identidad de pareja que se base en los valores que hoy en día consideramos como positivos y por lo que tanto tiempo se ha luchado desde movimientos como el feminismo. Estaremos construyendo relaciones de pareja positivas.

Porque el amor, nunca valdrá «la pena».

Muchas parejas acuden a terapia porque en algún momento de su existencia se han visto atacados estos pilares, o sencillamente porque nunca los construyeron. Es importante tener claro ese «contrato relacional único» que tenemos con nuestra pareja, y que esté claro para las dos personas. La terapia de pareja es, entre otras muchas cosas, una gran herramienta para construir estos fundamentos de pareja o para volver a rehacerlos, siendo siempre conscientes que igual que las personas cambian o evolucionan, la relación también puede ser modificada.

Relaciones de Pareja Positivas 

Las parejas o las relaciones son construcciones sociales que siempre van a ser modificadas o modificables según el modelo social, económico, político… en el que se construyan, por eso siempre están en continuo movimiento. Lo que debemos procurar si queremos vivir en esta forma relacional (en pareja) es construir una relación donde no existan elementos como el control, la subordinación, la violencia o la desigualdad. Que se asiente sobre la firme base de la igualdad, el respeto y la coherencia. Porque el amor, nunca valdrá «la pena».

 

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